Recordamos el pasado no sólo mediante palabras, imágenes e historias, sino también a través de hábitos crónicos de tensión, de movimiento y de postura corporal.
Nuestro cuerpo responde de forma continua a lo que nos sucede, a como nos tratan los demás y a cómo nos sentimos a nivel interno. Requiere mucho tiempo, pero las reacciones repetidas de nuestro cuerpo se convierten en pautas automáticas y duraderas que llevan consigo el recuerdo del pasado.
Es posible que no identifiquemos nuestros hábitos físicos como formas de recuerdos, porque el cuerpo no habla mediante palabras. En vez de ello habla con el lenguaje no verbal de las sensaciones viscerales, la postura, la tensión o la relajación, los movimientos, los gestos, las expresiones faciales, los síntomas físicos, entre otros.
Tu cuerpo también tiene una historia que contar, una historia que se entrelaza con tus pensamientos y emociones. ¡Te esperamos en consulta!